miércoles, 12 de noviembre de 2014

"LOS 25 AÑOS DE LA ESCUELA 15"


 Nacemos ¿y qué somos? No mucho en realidad. Llegamos y nos dan un nombre y un número. Nos reciben el amor y los sueños de otros. Somos… y a la vez no somos, porque al nacer tan solo despuntamos un pedacito de lo que seremos: eso va apareciendo con el tiempo; todo lo vamos consiguiendo, recibiendo, construyendo. Estas palabras hoy quieren hablar de lo que somos, de eso que todos llaman “la identidad”. Lo que vamos siendo no es ni más ni menos que lo que aprendemos con los demás, son las huellas que los demás dejan en nosotros. Así es con las personas, así con el país, así con las escuelas. Y coincidentemente, nuestra escuela tiene el mismo nombre que nuestro país: República Argentina. Y muchas cosas más en común. Esta patria, esta tierra, estas aulas, contienen las historias de muchos pueblos, de tantos colores, de infinidad de banderas. La cuestión es que toda identidad está formada por muchas identidades. Por eso es imposible hablar de “lo nuestro” sin pensar en lo de nuestros hermanos, lo de nuestros abuelos o lo de quienes vendrán. ¿Qué es eso de “lo nuestro”? Veamos… ¿La murga, la cumbia, músicas que nacieron de los negros traídos de más allá del mar? ¿El rock, hijo de un ritmo que tocaban los esclavos en norteamérica? ¿El tango, que es tan andaluz como africano, gaucho o alemán como su bandoneón? La zamba tan tucumana, tan salteña, es hija mestiza de indios y negros -como su nombre lo indica- y prima hermana de la zamacueca peruana. ¿Argentinísima entonces? El cuarteto cordobés tiene tarantella italiana, pasodoble español y tambores tropicales. ¿Quién lo inventó entonces? ¿Las empanadas, hechas con papa del Inca, con ají diaguita, con humita puneña? ¿La pizza italiana preparada con tomate azteca? El chicle y el chocolate son palabras e inventos de los indios aztecas hace más de 500 años en lo que hoy es México. ¿De dónde salieron las ojotas y las vinchas -tan quechuas como sus nombres- el ananá y el florido jacarandá -guaraníes como sus nombres-? ¿Y el mate, que lleva nombre del Cuzco y yerba del Paraguay? La palabra “bondi”, tan porteña que parece, viene del Brasil, pues así llamaban a los tranvías ahí. El “gil” y el “chabón” vienen del idioma gitano. La “guita”, del alemán. ¿De quién es el lunfardo pues? Nombramos al “laburo”, la “gambeta”, el “morfi” y los “berretines” gracias a los tanos que llegaron huyendo del hambre de su tierra, tan despreciados en su momento como hoy lo son quienes llegan de otros lados. ¿Acaso alguien puede olvidarse de eso? El infaltable “che” ¿de dónde viene? Algunos dicen que del mapuche (era “gente” en su idioma) otros que del guaraní (quiere decir “mi”: “mi amigo” es che-amigo o chamigo), otros que de una Valencia lejana, donde todavía se usa. ¿Importa mucho eso, más que para saber que no es nuestra propiedad privada? “Guaguas, “changos”, “peques” y “gurises” son también nuestros “pibes”. Del Altiplano al Litoral, de la Patagonia al Río de la Plata, las formas de nombrar a la infancia borran cualquier frontera. ¡Porque las fronteras son capricho del tiempo! ¡Las fronteras son invento de los poderosos! ¡Son líneas trazadas para tajear y dominar! Si acaso hay fronteras de lo nuestro, entonces van más allá del río, como el sol va más allá de la montaña. Eso lo sabe cualquiera que anda, siente y escucha a su tierra y a su pueblo. Solo se confunde si vive atornillado a una tele que inyecta odio y temores. La música, las comidas y el lenguaje nos cuentan lo que somos: un mundo hecho de muchos mundos, un arco iris de historias enredadas. Eso es ni más ni menos la Escuela 15, que hoy cumple 25 años.Conclusión: ¡mala noticia para los que no pueden aceptar estas verdades! No hay una esencia propia, un ser nacional, una identidad argentina sin el aporte indispensable del vecino, habitante del mundo y de la historia. Pero aún así hay quienes eligen seguir clasificando a los otros, señalando con el dedo quiénes son y quiénes no son. ¿Para qué les sirve? Aún así hay quienes eligen seguir despreciando al diferente, al que está llegando, recién venido, recortando con sus prejuiciosas tijeras el sol de la Bandera, párrafos enteros de la Constitución y los libros sagrados de sus religiones, que dicen todo lo contrario. Aún así hay quien cree que cada uno es lo que consiguió solo con su esfuerzo individual negando, por soberbia o ignorancia, que necesitamos de los otros para ser patria, familia, escuela, vecinos. Desde que nacemos somos pura necesidad. Necesitamos un lugar, afecto y personas que nos den libertad y preguntas, porque el mundo es un conjunto de miradas que da sentido a la vida. Nadie se hace solo. Nadie. Esta Bandera Argentina de aquí fue creada como Bandera Americana. Ahí está el Sol Inca, símbolo del todo para los que no sabían de mapas modernos. La Bandera de Belgrano era la bandera contra la explotación y contra la tiranía -así lo aclaraba Manuel cada vez que podía-, nunca una bandera contra los hermanos de su tierra. ¡Qué orgulloso estaría viendo aquí la escuela que soñó! Las manos que levantaron este edificio seguro eran Limachis, Mamanis y Gutiérrez. Seguro apilaron sus ladrillos entre chamamés y sapukais. Son las mismas manos que hoy traen a sus hijos. Esta escuela, esta República Argentina, esta Patria Grande que soñamos, es entonces criolla, mestiza, india, chola, negra, gaucha, inmigrante, plural y multicolor; es una Patria sin líneas para separar, con una puerta amplia que recibe a todos, todos los días; la Patria de los que con cualquier lengua y toda piel curten y cantan produciendo la riqueza, transformando el mundo a través del trabajo. Esta escuela cumpleañera es tan grande y diversa como nuestra tierra. ¡Qué linda nuestra escuela! ¡Qué linda nuestra tierra marrón, verde y colorada! ¡Qué bellos nuestros pueblos acompasados a los ríos, nuestras casitas de adobe en cerros de mil colores, nuestras montañas infinitas que cada gringo viene a ver para no creer, nuestros patios de chacarera y vino, nuestros pasillos de fútbol y carnaval, nuestras calles de barrio con sonoros grillos! ¡Qué lindo es darse cuenta que un país y una escuela -si se dicen en serio- son el encuentro de tantos hermanos, de mil primos, donde cada uno es carne y uña con el de al lado! Díganme si este lugar tan lindo no lo es por todo lo que tiene: por ustedes, por nosotros, por lo nuestro. A 25 años de tu creación, Escuela 15, patria hermosa de tantos colores: ¡Feliz cumpleaños!
                                                                                                         Maestros y maestras de la Escuela...