Nacemos ¿y qué somos? No mucho en realidad. Llegamos y nos dan un nombre y un número.
Nos reciben el amor y los sueños de otros. Somos… y a la vez no somos, porque al nacer tan solo
despuntamos un pedacito de lo que seremos: eso va apareciendo con el tiempo; todo lo vamos
consiguiendo, recibiendo, construyendo.
Estas palabras hoy quieren hablar de lo que somos, de eso que todos llaman “la identidad”. Lo
que vamos siendo no es ni más ni menos que lo que aprendemos con los demás, son las huellas
que los demás dejan en nosotros. Así es con las personas, así con el país, así con las escuelas.
Y coincidentemente, nuestra escuela tiene el mismo nombre que nuestro país: República
Argentina. Y muchas cosas más en común. Esta patria, esta tierra, estas aulas, contienen las
historias de muchos pueblos, de tantos colores, de infinidad de banderas.
La cuestión es que toda identidad está formada por muchas identidades. Por eso es imposible
hablar de “lo nuestro” sin pensar en lo de nuestros hermanos, lo de nuestros abuelos o lo de quienes
vendrán. ¿Qué es eso de “lo nuestro”? Veamos…
¿La murga, la cumbia, músicas que nacieron de los negros traídos de más allá del mar? ¿El rock,
hijo de un ritmo que tocaban los esclavos en norteamérica? ¿El tango, que es tan andaluz como
africano, gaucho o alemán como su bandoneón? La zamba tan tucumana, tan salteña, es hija mestiza
de indios y negros -como su nombre lo indica- y prima hermana de la zamacueca peruana.
¿Argentinísima entonces? El cuarteto cordobés tiene tarantella italiana, pasodoble español y
tambores tropicales. ¿Quién lo inventó entonces?
¿Las empanadas, hechas con papa del Inca, con ají diaguita, con humita puneña? ¿La pizza
italiana preparada con tomate azteca? El chicle y el chocolate son palabras e inventos de los indios
aztecas hace más de 500 años en lo que hoy es México.
¿De dónde salieron las ojotas y las vinchas -tan quechuas como sus nombres- el ananá y el
florido jacarandá -guaraníes como sus nombres-? ¿Y el mate, que lleva nombre del Cuzco y yerba
del Paraguay?
La palabra “bondi”, tan porteña que parece, viene del Brasil, pues así llamaban a los tranvías ahí.
El “gil” y el “chabón” vienen del idioma gitano. La “guita”, del alemán. ¿De quién es el lunfardo
pues? Nombramos al “laburo”, la “gambeta”, el “morfi” y los “berretines” gracias a los tanos que
llegaron huyendo del hambre de su tierra, tan despreciados en su momento como hoy lo son quienes
llegan de otros lados. ¿Acaso alguien puede olvidarse de eso?
El infaltable “che” ¿de dónde viene? Algunos dicen que del mapuche (era “gente” en su idioma)
otros que del guaraní (quiere decir “mi”: “mi amigo” es che-amigo o chamigo), otros que de una
Valencia lejana, donde todavía se usa. ¿Importa mucho eso, más que para saber que no es nuestra
propiedad privada?
“Guaguas, “changos”, “peques” y “gurises” son también nuestros “pibes”. Del Altiplano al
Litoral, de la Patagonia al Río de la Plata, las formas de nombrar a la infancia borran cualquier
frontera.
¡Porque las fronteras son capricho del tiempo! ¡Las fronteras son invento de los poderosos! ¡Son
líneas trazadas para tajear y dominar!
Si acaso hay fronteras de lo nuestro, entonces van más allá del río, como el sol va más allá de la
montaña. Eso lo sabe cualquiera que anda, siente y escucha a su tierra y a su pueblo. Solo se
confunde si vive atornillado a una tele que inyecta odio y temores.
La música, las comidas y el lenguaje nos cuentan lo que somos: un mundo hecho de muchos
mundos, un arco iris de historias enredadas. Eso es ni más ni menos la Escuela 15, que hoy cumple
25 años.Conclusión: ¡mala noticia para los que no pueden aceptar estas verdades! No hay una esencia
propia, un ser nacional, una identidad argentina sin el aporte indispensable del vecino, habitante del
mundo y de la historia.
Pero aún así hay quienes eligen seguir clasificando a los otros, señalando con el dedo quiénes
son y quiénes no son. ¿Para qué les sirve? Aún así hay quienes eligen seguir despreciando al
diferente, al que está llegando, recién venido, recortando con sus prejuiciosas tijeras el sol de la
Bandera, párrafos enteros de la Constitución y los libros sagrados de sus religiones, que dicen todo
lo contrario. Aún así hay quien cree que cada uno es lo que consiguió solo con su esfuerzo
individual negando, por soberbia o ignorancia, que necesitamos de los otros para ser patria, familia,
escuela, vecinos.
Desde que nacemos somos pura necesidad. Necesitamos un lugar, afecto y personas que nos den
libertad y preguntas, porque el mundo es un conjunto de miradas que da sentido a la vida. Nadie se
hace solo. Nadie.
Esta Bandera Argentina de aquí fue creada como Bandera Americana. Ahí está el Sol Inca,
símbolo del todo para los que no sabían de mapas modernos. La Bandera de Belgrano era la bandera
contra la explotación y contra la tiranía -así lo aclaraba Manuel cada vez que podía-, nunca una
bandera contra los hermanos de su tierra. ¡Qué orgulloso estaría viendo aquí la escuela que soñó!
Las manos que levantaron este edificio seguro eran Limachis, Mamanis y Gutiérrez. Seguro
apilaron sus ladrillos entre chamamés y sapukais. Son las mismas manos que hoy traen a sus hijos.
Esta escuela, esta República Argentina, esta Patria Grande que soñamos, es entonces criolla,
mestiza, india, chola, negra, gaucha, inmigrante, plural y multicolor; es una Patria sin líneas para
separar, con una puerta amplia que recibe a todos, todos los días; la Patria de los que con cualquier
lengua y toda piel curten y cantan produciendo la riqueza, transformando el mundo a través del
trabajo.
Esta escuela cumpleañera es tan grande y diversa como nuestra tierra. ¡Qué linda nuestra
escuela! ¡Qué linda nuestra tierra marrón, verde y colorada! ¡Qué bellos nuestros pueblos
acompasados a los ríos, nuestras casitas de adobe en cerros de mil colores, nuestras montañas
infinitas que cada gringo viene a ver para no creer, nuestros patios de chacarera y vino, nuestros
pasillos de fútbol y carnaval, nuestras calles de barrio con sonoros grillos! ¡Qué lindo es darse
cuenta que un país y una escuela -si se dicen en serio- son el encuentro de tantos hermanos, de mil
primos, donde cada uno es carne y uña con el de al lado!
Díganme si este lugar tan lindo no lo es por todo lo que tiene: por ustedes, por nosotros, por lo
nuestro.
A 25 años de tu creación, Escuela 15, patria hermosa de tantos colores: ¡Feliz cumpleaños!
Maestros y maestras de la Escuela...